Marea Fucsia

Desde el sofá de casa no se cambian las cosas, aunque hoy en dia, si tienes un smartphone, por lo menos puedes aportar un granito de arena.

Nunca he sido revolucionaria, mas bien sigo la corriente, he trabajado desde los 18 años, jamás he cobrado el paro o he solicitado ayuda alguna, mi única baja ha sido la del embarazo y la maternal, he declarado, cotizado y pagado religiosamente mis impuestos, he votado cuando tocaba y confiado en quienes me representaban, sin tampoco nunca meterme en temas o discusiones políticas… Pero es que ya la mierda pasa de castaño oscuro.

Politicos, familia real, aquí todo dios roba, y cada uno a su nivel, desde el que se mete sobres en el bolsillo hasta el que ha estado cobrando ayudas por chanchullos o no declarados, el que trabaja en negro, al que le arreglan los papeles para que pueda cobrar de un lado o de otro, y el que recibe subvenciones porque tiene un enchufe en un ayuntamiento, los bancos que solo dios sabe lo que hay ahí, y de tanto robar nos estamos quedando sin nada, sin sanidad, sin educación y casi sin derechos.

Para poder vivir en Barcelona, en un barrio tirando a bajuno se nos va medio sueldo, literal, en alquiler, y con la otra mitad no se puede mantener una familia, así que hay que mirar guarderías con una niña de cuatro meses, y a mi se me rompe el alma a pedazos. Porque aquí si no tienes apoyo de un clan no puedes hacer nada, y una abuela no quiere saber nada de mi niña y los otros con una pensión, viviendo a mil quilometros, y ayudando ya a otro hijo que está en paro porque ha cerrado su empresa y se ha quedado en la calle con mellizos. Y nosotros aun nos podemos dar con un canto en los dientes porque estamos en Barcelona y hay trabajo, que ellos en Andalucía ya me dirás.

Aquí han quitado el cheque bebé, no hay ayuda de ningún tipo ¡quién te manda tener hijos, eso lo has elegido tú! Pues si, que resulta que ni me lo puedo permitir, y que aparte de 16 semanas, que se acaban con la niña de tres meses naturales y medio, no puedo esperar más de la sociedad, es que no tengo ni que esperar el tener preferencia en un ascensor o un asiento en transporte público por ir con un carrito o con una niña porteada, caso ya no se puede ni pasar por un paso de peatones sin tener mil ojos por si una bici decide que tiene preferencia, porque cada uno se mira sus zapatos y que le den al prójimo, ya se apañaran, qué cojones, es que nadie me manda tener hijos.

Y esto es lo que le dejo a mi hija, una ciudad sucia por dentro y por fuera, la imposibilidad de una vivienda digna, porque aunque hayan cientos de pisos cerrados y gente pudriendose de propiedades, otros no tienen donde dormir, y nosotros ni plantearnos el tener un piso en propiedad, esa burbuja ya reventó, y nos salpicó a todos, y los que la vieron venir se llenan cuentas suizas o se arreglan el palacete en pedralbes.

Y lo siento, pero no me identifico con un indignado, o con la imagen de uno, ni quiero ni puedo dormir en una plaza o plantar coles en la vía pública, no quiero radicalismos ni quemar comercios, quiero que mi voz se oiga, desde el respeto y desde la democracia, la mia y la de aquellos que crean que un futuro mejor es posible, desde el trabajo y desde el soporte por y para la comunidad, con honestidad. Quiero poder confiar en la gente a la que voto, porque yo no me dedico a eso ni me quiero dedicar, cada uno a lo suyo.

No quiero que se tengan que echar cuentas a final de mes para decicir si poner o no unas vacunas a un bebé, no quiero que se retiren pruebas de diagnostico precoz como la del talón, no quiero una sanidad pública que me tenga cuatro meses con dos manos con tendinitis dando vueltas de un médico a otro con una niña recién nacida y un problema que tenía dos días de solución con el tratamiento adecuado. Quiero funcionarios que trabajen agusto y que se les note cuando me atiendan, con los mismos deberes y derechos que un trabajador del sector privado. Quiero que la gente mayor tenga una vida digna, que se ayude al enfermo, que se eduque con calidad, que se persiga al que roba, sea quien sea. Quiero ir tranquila por la calle y quiero sentirme bien con lo que hago y aportar mi granito de arena, por pequeño que sea a todo esto, porque no se si es la desilusión, la falta de sueño, el que ya no es por mi, es por la generación que nos sigue, que no tiene la culpa de que les estemos reventando el planeta.

Por eso, ahí me sumo, a la marea fucsia, desde mi smartphone, desde mi facebook, desde mi blog, desde mi sofá o si tengo que salir a la calle a que la marea de madres y padres bloggeros sea escuchada.

Si quereis saber más sobre la marea fucsia podéis mirar aquí o aquí. O en este manifiesto. Podeis seguir el movimiento en Facebook como Marea Fucsia, o en twitter por @mareafucsia Y viernes a viernes seguiremos reivindicando en twitter, ayudadnos a que se nos oiga, en dos franjas horarias, una de mañana y una de tarde, bombardeemos twitter con la #mareafucsia en los #viernesreivindicativos.

Un +1 o un compartido nos ayuda a seguir escribiendo :)

4 respuestas a “Marea Fucsia”

  1. Visitante de dormitorio dice: Responder

    Viste al concejal ese que se metía los sobres en el paquete??

    1. No, me lo perdí xD ¡Únete a la #mareafucsia y twittea con nosotras!

  2. Yo sólo digo una cosa: Equo y nada más.

  3. Plas plas plas de pie aplaudiendo estoy, que buen textos que palabras más bien dicha y que situación más usual la tuya y que tantos compartimos.

    Gracias espero poder enlazarte mañana porque te lo mereces!!!! por la parte que me toca agradecisima de que unas tu voz y tu blog

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