Ahora que se vuelven a abrir las puertas a viajar, a las escapadas en familia y a hacer salidas con un poquito de normalidad, puede que estéis como yo buscando escapadas con niños para el próximo puente de la Inmaculada o pensando donde llevar a los peques en las vacaciones de navidad.
Hemos pasado unos meses (años) complicados, personalmente también la mudanza y la prudencia nos han hecho dejar un poco de lado el ocio exterior, y seguir medio recluidos en casa, pero también es necesario ir volviendo a la normalidad. Estamos vacunados, tomamos precauciones y no queremos renunciar a viajar, con lo muchísimo que nos gusta y lo enriquecedoras que son estas experiencias para las niñas.
Octubre siempre ha sido nuestra época favorita, con los colores de los bosques, y el clima templado, y hace unos años que además por navidad y fin de año también lo pasábamos fuera. Toda una experiencia para las peques ir a un hotel o un camping con actividades navideñas ¡Y todo lo que te ahorras de tener que preparar, comprar y cocinar en casa!
Personalmente os tengo que decir que me encanta las escapadas de otoño-invierno, por las posibilidades que tienen, porque son viajes mucho menos agobiantes que los planes masificados de verano en playa y piscina, y porque el frio me lleva más a pensar en estar en un hotel rural con chimenea, a hacer paseos por bosques recogiendo hojas y castañas, o a pasr la tarde jugando a juegos de mesa mientras estamos calentitos en una tienda de campaña.
Suelen ser además mucho más asequibles, y es fácil encontrar planes muy sorprendentes en páginas como BuscoUnChollo.
¿Hotel, Camping o Bungalow en invierno?
La tranquilidad de un hotel, no tiene igual, planes con piscina o SPA, paseos por la playa, comidas de restaurante y visitas culturales o podemos sin duda tirar por las ventajas de los Bungalows, la comodidad y la aventura, juntando lo mejor de los dos mundos.
Sobre todo si vas con niños o niñas pequeños esa comodidad es muy necesaria pensando en rutinas, baños, duchas, espacio… Pero la acampada tiene su magia, cuando tus peques ya son más autónomos y soportan ciertas incomodidades en pos de la aventura. Personalmente recomiendo la acampada. Nosotras ya con 6-7 años, la hemos disfrutado muchísimo más,
Eso si, si te decides por un camping no olvides cosas realmente importantes como:
– Ten una tienda apta para invierno, frio y lluvia. Usa en el suelo esterillas aislantes y sacos de dormir de invierno para no pasar frio durante la noche.
– Abre la tienda por las mañanas para evitar la condensación y deja que le de el sol durante el día, cerrándola a última hora de la tarde.
– No olvides la ropa de abrigo, bolsas de agua caliente y pares extras de calcetines o ropa térmica si es necesario.
– Busca siempre una alternativa. Un hotel cercano, o saber si el camping dispone de alojamiento, en caso de que sea necesario.
– Planea las salidas y las actividades con antelación, muchos campings tienen un montón de actividades infantiles y animaciones incluso en invierno.
Tras lo básico hay que tener en cuenta que la lluvia o la humedad puede que hagan que no podamos lavar y secar ropa. Lleva alternativas de entretenimiento en interior también por si el clima no permite las salidas.
Nuestros imprescindibles para ir de camping en familia
Sin contar con los básicos, abrigo, comida, menaje e higiene, hay cosas que no pueden faltar en nuestra mochila:
– Walkie-Talkies: Muchos campings (ya sean en tienda de campaña o en buganlow) son recintos cerrados, con sus zonas de acampada, bares o incluso tiendas. La mayor que ya tiene 9 años hace fácilmente amigos o amigas, pero me gusta que se pueda comunicar con nosotras o que la pueda avisar en un momento si necesitamos que vuelva a casa. A su edad -y aun le falta mucho- no tiene móvil propio, y los walkies tienen una diversión añadida que hacen que además le guste llevárselos y usarlos.
– Material de manualidades: Rotuladores para pintar piedras, cuerdas, tijeras, barra de pegamento, cartulinas… Un kit básico que además se lleva muy fácilmente recopilando algunas cosas en un estuche y una carpeta, hacer manulidades con elementos de la naturaleza, es también un aprendizaje del entorno y se puede aprovechar una ruta de senderismo para recopilar flores, hojas, futos, piedrecitas o palos con los que luego entretenerlos en casa tranquilamente al volver.
– Juegos de mesa: Hay infinidad de juegos y posibilidades, pequeños tableros de viajes, jueg de cartas, cosas sencillas que se pueden jugar incluso sin necesida de una mesa. No hay que olvidar que se hace oscuro más pronto, las horas de sol duran menos y hay que pensar en alternativas de interior por si el clima nos obliga a refugiarnos.
Viajar con peques es siempre una aventura, y mi recomendación es sobre todo bajar las expectativas, es importante ser previsor y hacer planes, pero al final dejar fluir e improvisar puede ser lo más tranquilizador