Tres años de repollo. Cartas a mi bebé

Una cosa que hacía mucho con mi mayor, era que le escribía cartas en el blog, a mi bebura las llamaba, y ahora hace poco, que por fin Valeria las leyó y se las enseñé fue muy emocionante, así que me gustaría mucho hacer lo mismo con la pequeña, por todo lo especial que ha sido en este tiempo, aunque me cueste sacar ratos, y más en esta época de confinamiento y de intensidad.

Elora, has sido un bebé muy buscado, te esperamos durante años hasta que quisiste llegar, y apareciste para llenarnos de amor y felicidad -y porque no decirlo alguna que otra preocupación extra-. Eras una bebé de libro, tomabas teta, te dormías en cualquier lado y no dabas un problema, incluso con poco más de un mes hiciste tu primer viaje a Málaga y estábamos como si no hubiera niña. Chiquitita y feliz, mi minuencia, sobre los cuatro meses decidiste despertar y ya no ha habido quien te pare ¡y nada de dormirte sola nunca más!

Sin dientes y a bocados empezaste una alimentación complementaria que no te interesaba demasiado, fuera de la teta alguna manzana, chocolate y pan poco comías, pero tu sabes lo que necesitas y ahí estás creciendo cada día más, mientras te hacías entender con cuatro palabras.

Aprendiste a rugir antes que a hablar, eres un tatito un poco malo que se esconde en una guarida junto a su hermana, un jombi o un kion.

Sabes lo que quieres y te haces entender, y la evolución desde la pandemia con respecto al habla ha sido espectacular, supongo que es por estar escuchándo a tu hermana -y a nosotros- todo el día, o porque tienes mas necesidad de hacerte entender, pero no tienes problema en explicar lo que quieres, en pedir lo que te gusta o en dar un gruñido cuando ya estás harta.

Te encanta cantar. Homo wam, someday o etellita onde tas. Adoras los cuentos, mirar dibujos, contar, y ahora con casi tres años empiezas hasta a tener procisión a la hora de pintar. Subir, saltar, correr y todo lo que sea físico, en eso con tu hermana sois la noche y el día, pero os lleváis tan bien…

En unos años no se si recordarás esta casa, tu guarida debajo de la mesa, el taburete en el que te subes a la cocina para conseguir un palo lila o el mueble de los poki, cumplirás los tres años en otra casa, lejos del piso, de los ruidos y de la ciudad, y mientras te escribo esto yo estoy rodeada de cajas de mudanza, porque ahora aun nos queda un último empujón antes de conseguirlo, pero si algo tengo claro es que contigo todo es más bonito y más feliz, estemos dónde estemos.

Un +1 o un compartido nos ayuda a seguir escribiendo :)

Deja un comentario